sábado, 10 de noviembre de 2012

Los Relojes Blandos de Salvador Dalí (por David Casado)

Punto y línea sobre el plano

Salvador Felipe Jacinto Dalí (Figueras, 11 de mayo de 1904 i ibídem, 23 de enero de 1989) fue un pintor, escultor, grabador, escenógrafo y escritor español considerado uno de los máximos representantes del surrealismo. Es conocido sobre todo, por sus imágenes surrealistas. Las técnicas que utiliza se atribuyen a la influencia de la época, el arte renacentista. Dalí también ha trabajado la escultura y la fotografía, lo que le condujo a trabajar con numerosos artistas audiovisuales.  Su obra más famosa es La persistencia de la memoria, más conocida por el nombre de los «relojes blandos», realizado en 1931.

 La persistencia de la memoria, es un famoso cuadro realizado mediante  la técnica del óleo sobre el lienzo, de estilo surrealista cuyas medidas son 24x33 cm. Se conserva en el MOMA (Museo de  Arte Moderno) de Nueva York, donde llegó 3 años después de su creación como donativo. Dalí en una revisión del cuadro creó La desintegración de la presencia de la memoria.


El cuadro representa la Bahía de Port Ligat al amanecer. Es un paisaje simple, en donde aparece el mar de fondo y una pequeña formación rocosa a la derecha. Hay cuatro relojes, un reloj de bolsillo, y tres relojes blandos y deformados relacionándolos por su calidad de “tiempos, extravagantes, solitarios y paranoico-críticos”.  Uno de los relojes cuelga de la rama del árbol, . Más abajo, en el centro, ocupando un segundo plano se acopla otro reloj, a modo de montura, sobre una cara con largas pestañas inspirada en una roca del cabo de Creus. Igual que el anterior, el tercer reloj, ocupa un segundo plano, situado en el muro, y el reloj de bolsillo, en el primer plano, situado también sobre el muro, hay multitud de hormigas, que no están colocadas por casualidad (este tipo de reloj se lleva próximo a los genitales).


Los relojes se han reblandecido debido al paso del tiempo. Son relojes verosímiles que siguen marcando la hora. Dalí dijo sobre su cuadro: “Lo mismo que me sorprende que un oficinista de banco nunca se haya comido un cheque, asimismo me asombra que nunca antes de mí, a ningún otro pintor se le ocurriese pintar un reloj blando”.
Para concluir, destacar el contraste entre las tonalidades (utiliza tonos muy claros para representar el mar y el cielo, y tonos oscuros para formar la tierra); las líneas rectas que, sobre todo, se ven en los muros; y los relojes blandos, que los representa mediante líneas curvas.

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